En el marco del momento político, económico y social que estamos transitando, con planteos de reforma en el plano laboral, el aspecto sindical ha adquirido vital relevancia. En el discurso de apertura de sesiones dado por el presidente de la Nación Javier Milei planteó la necesidad de una reforma para que los sindicatos cuenten con elecciones cada 4 años, con una posibilidad de reelección en el mandato por única vez como una forma de democratizar los sindicatos y evitar que los secretarios generales permanezcan en sus puestos indefinidamente como sucede hoy, lo que conlleva a alejarse de las reales necesidades de los empleados que representan.
Esta medida que deviene necesaria y ha sido planteada en diferentes momentos de nuestro país, se presenta como una buena oportunidad para realizar un replanteo del modelo sindical argentino, en donde no solo deberá hacerse foco en las elecciones de autoridades sino también en la revisión de los convenios colectivos de trabajo, los cuales, si bien fueron modificados a lo largo del tiempo en algunos aspectos, datan en su mayoría y en la mayor parte de su articulado, del año 1975.
Pocos sindicatos han aprovechado la oportunidad que brinda la discusión paritaria para analizar la normativa y adecuarla a los momentos actuales, limitándose en la mayoría de los casos a discutir solo los aspectos salariales, que son los que más se visualizan desde el lado de los empleados.
Sin embargo, los convenios colectivos de trabajo se han tornado anacrónicos en muchos de sus artículos, previendo conceptos adicionales al salario básico que hoy carecen de mayor sentido, pudiéndose establecer otros adicionales en su reemplazo que motiven al empleado a esforzarse y a poder no solo incrementar la rentabilidad del trabajo a partir de ello, sino generar una mejora desde lo personal que le permita crecer laboralmente, y por ende económicamente, no solo dentro de la empresa sino en una carrera fuera de ella. Ese era el objetivo que tuvieron quienes negociaron hace más de 45 años los convenios colectivos que hoy rigen.
Por tal motivo, es el momento propicio para actualizarlos, en el marco de los cambios que se están proponiendo desde distintos ámbitos, no solo el Poder Ejecutivo Nacional, sino de algunos sectores incluso del propio sindicalismo. Muchas veces son las comisiones internas las que traen ideas mejoradoras de las que rigen actualmente pero se encuentran con una barrera al momento de negociar por cuanto son las autoridades del sindicato de actividad las que llevan adelante dicha discusión con el sector empresario.
Sería positivo para la mejora de la actividad económica del país que en el marco de la apertura al diálogo que tanto se pregona desde distintos espacios como forma de lograr consenso, se incorpore al debate de ideas la renegociación de los convenios colectivos de trabajo.