Gerardo y Dionicia desde hace más de 30 años dedican sus vidas a la creación y expansión del Comedor Nuestros Derechos, que funciona en el Barrio Padre Mugica, ex villa 31. Lo que comenzó como una idea se convirtió en una necesidad imperante para abordar la emergencia alimentaria que afectaba a los niños, niñas y adolescentes del barrio.
El proyecto fue creciendo en tamaño y alcance, transformándose en un centro de apoyo escolar y taller de oficios. A diario concurren al Comedor alrededor de 350 personas, la mayoría de ellos niños, niñas y adolescentes del barrio. Su compromiso refleja la necesidad de los vecinos de organizarse en comunidad para impulsar acciones que garanticen los derechos fundamentales de las familias del barrio. Este largo camino recorrido puso a Gerardo y Dionicia frente a la necesidad de dar un paso más y formalizar su espacio. Desde ese momento, nos dejaron acompañarlos en el camino de la obtención de la personería jurídica, para poder acceder a beneficios esenciales y contar con un marco legal que brinde seguridad, visibilidad y legalidad.
Cuando comenzamos nuestras conversaciones para definir el rumbo que tomaría el camino legal para el Comedor, supimos de la modalidad de constitución simplificada que ofrecía la Inspección General de Justicia para ciertas asociaciones civiles. Este método, promulgado a través de las Resoluciones Generales 1/2020 y 7/2020 de la IGJ, ofrece una vía excepcional que incentiva la formalización de organizaciones con menos recursos.
Este proceso, rápido y gratuito, está diseñado exclusivamente para asociaciones que promueven y atienden derechos económicos, sociales y culturales de grupos vulnerables, comunidades étnicas en situación de pobreza y vulnerabilidad, o que se centran en cuestiones de género. También se extiende a aquellas que actúan como cooperadoras de establecimientos educativos, hospitalarios u otros servicios comunitarios, según lo detallado en las resoluciones mencionadas. El beneficio principal radica en la exención del pago de aranceles de constitución, reserva de denominación, e individualización y rúbrica de libros obligatorios.
De esta forma, haciendo uso de la herramienta de la constitución simplificada, el pasado 6 de diciembre celebramos ante la IGJ la Asamblea que dio nacimiento formal al Comedor. Esta transformación legal no solo brinda seguridad y visibilidad al Comedor, sino que también allana el camino para un mayor impacto y apoyo a la comunidad. Sin dudas, la unión de esfuerzos entre las organizaciones y las entidades a cargo de su registración es la clave para garantizar que proyectos como este continúen marcando la diferencia en la vida de personas que se encuentran en situación de vulnerabilidad.
